Javier Codesal, mi artista favorito

Lo que rima: plumas blancas del casco de la banda,
de las palomas, plumas rojas de las gallinas pasadas
por sangre, invisible arcángel. Y la altura dibujada
por los agudos de las cornetas (sacarlos cuesta la
misma vida
)rima en el aire con los metales, pentagrama
de sables en la tirada de cartas del Brujo. Yo
solo y el aire. Nadie controla esta imagen.

Salí tras los muchachos de Ibn Quzman y me topé
con las cornetas, viejo instrumento que rehúyo y
persigo. Noto un cerco de realidad a través de la
frase, como una mancha en la carne. Mi malestar,
que regresa de ver al primer padre. Grito agudo y
estridente perdido en su mismo nombre, el Monte
Perdido.
codesal-1.jpg
Del grito al poema, todo es cuesta abajo. Por eso me
resulta tan difícil remontar la pendiente para llegar al
cerco sucio que corona, iniciándolo, este misterio.

Autor: Javier Codesal

texto e imagen extraída de exposición virtual Arcángel


JAVIER CODESAL: encuentro con el artista y proyección de vídeos.
Lunes, 15 de octubre de 2007, 20 h.Lugar: Departamento de Audiovisuales. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Salón de actos. Acceso por calle Santa Isabel, 52, Madrid.
Entrada gratuita, aforo:140 localidades.www.museoreinasofia.es

Enlace 33-Javier Codesal

“La experiencia de viajar, el tiempo transcurrido, los acontecimientos que nos sorprenden, la inquietud que busca su sitio en el arte, todo ello alcanza un cierre en la obra, que se va formalizando simultáneamente como un desplazamiento más.” Javier Codesal

En el Museo Reina Sofía presentará Viaje de novios, un proyecto desarrollado a lo largo de dos años y medio compuesto por cuatro vídeos (Viaje de novios, Pago de salud, Circular de agua y Baile al fin) que, reunidos, forman otro de larga duración.

Javier Codesal se mueve con libertad entre la palabra y la imagen. Trabaja con fotografías, instalaciones y vídeos, y ha publicado tres libros de poesía. El Museo Reina Sofía ha mostrado su trabajo en diversas ocasiones. Entre ellas destaca la exposición de dos de sus instalaciones, El manto de Verónica (Bienal de la Imagen en Movimiento, 1992) e Inmóviles – Fábula de un hombre amado (Espacio Uno, 1999).

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Sobre la obra Arcángel :

Arcángel. Javier Codesal
http://www.cajasanfernando.es/htm/obrasocial/expvir/arcangel/index.htm

Lo terrible es aquello que saca a todo lo que es de su esencia primitiva. ¿Qué es esto terrible? Se muestra y se oculta en el modo en que todo es presente, a saber, en el hecho de que, a pesar de haber superado todas las distancias, la cercanía de aquello que es sigue estando ausente.

La cosa, M. Heidegger

En el texto artístico lo audible y lo visible asocian imágenes y modos de oir y de ver, y la modalidad no alude al ojo ni al oído, sino a la mirada y a la voz. Mirada y voz de Arcángel, emergencia abrupta del deseo que este acto fílmico significa entre el abismo y su gozosa ilusión de verdad.

¿Qué de la verdad de Arcángel me quema? Es la pregunta con la que me acerco a leer de esta textura dolorosa en la que Codesal busca el ser más allá del sentido imaginario.

La creación de Codesal brota de la incesante búsqueda de imágenes que den cuerpo a la rotura y al continuo. Esta búsqueda divertida es un rasgo vinculante en la cinematografía de Codesal. El roto se presenta una y otra vez en sus preguntas sobre la mujer: lo femenino vinculado a la locura, y lo materno al origen, al cuidado y a la aniquilación; ecos de Antígona y Medea 1 en Historia de fuego,1986, y sin esa resonancia terrible en Arcángel. Roto bordeado por la dimensión del abandono y del empuje a la muerte, dicho desde un entorno rural en Pornada,1984, y en O milagre da carne,1994, y entredicho en Arcángel. Roto siempre presente en las figuras del sacrificio, esa forma civilizada, cultural, que inviste el odio de modales permitidos. Lo continuo se manifiesta en la formalización de los textos, en su estructura asociativa, y en las imágenes apaciguadoras de lo fluido, como las aguas de Luego dicen que el pescado es caro,1987, o la musicalidad de la tercera pieza de la videoinstalación Arcángel; esas formas de la continuidad obran alivio, devuelven cierta calma, permiten el retorno al entusiasmo, a la fantasía de las formas líquidas del placer.

En 1995, con motivo de la primera revisión completa de la obra de Javier Codesal, Jesús González Requena escribe El tempo y la luz de las cosas 2. Esta referencia permite leer el curso de la poética de Codesal, nudos y articulaciones de su escritura en diez años de producción. González Requena lee un rasgo constituyente en la obra de Codesal: la mirada apasionada que se entrega a saber de la pasión, mirada contemplativa que trata de perder toda dimensión activa para convertirse en visión, en constatación del ser. Y sitúa esa mirada como prolongación del universo de Val del Omar 3; una manera de hablar de la tradición de un texto, de su localización en la historia del cine, y de la cercanía de la posición ética de ambos creadores.

Codesal piensa y construye para habitar el texto 4, se experimenta ahí, abre ese tanto de verdad que produce incomodidad, la incomodidad que resulta de no encontrarle un lugar en los significantes que agrupan las producciones contemporáneas. Obra en consecuencia de lo más íntimo de su experiencia, actúa en esa conformidad, se incorpora en cada creación, se agrega como mirada y se remonta para comulgar con el origen. En su texto no hay consenso, no hay palabra previa; cuando eso que es sólo es idéntico a sí mismo, hablamos de algo radical, de creación ex-nihilo, de algo que desde la nada se constituye como origen, ese tanto necesario para que una obra sea creación original. Eso, el ser artístico del texto, muestra neta del indisoluble vínculo entre acto y deseo; eso, el ser de la búsqueda en las formas del retorno, el ser de la muerte en las formas de la cesación.
Eso, ser mirada, constatación del ser.

Nos vamos a aproximar a las preguntas del cine de Codesal tomando dos pares de reflexiones del autor, dichos de 1995 5, y su destilado en 2002 6.

1995.Ocuparse de lo antropológico y de lo popular equivale a drenar la superficie del lenguaje de modo que sus estratos se comuniquen bien y la expresión se vincule con la fuerza de su origen. Por otra parte está el tema de la verdad. Si escuchamos sólo la superficie de las expresiones, podemos construir un fantasma en el que todo es novedad. Pero el fantasma es lo que resulta de negar el cuerpo.
2002. Lo que se forma en el recuerdo suele ser transparente: imagen fantasma. Cuando la veíamos por vez primera, esa misma cosa daba miedo por su exceso de carne.
1995.Ese nexo entre reconocer el cuerpo y reconocer su final, su negación, es no sólo violento sino tremendo… También, en el fondo, es presentir en el cuerpo el síntoma de la muerte desde el mismo principio, es encontrar, en esa expresión del cuerpo que tiene que ver con el amor y la sexualidad, la resonancia de su negación.
2002. En el desorden encuentro la primera pregunta. No se trata realmente de un tema. Es la pregunta de preguntar, que contiene el deseo de desear. Porque un cuerpo que se desordena suele estar más allá de su propio poder, y no resiste. Apareamos de nuevo: Lenguaje y fantasma. Del legado simbólico, de lo antropológico y de lo popular,toma los universales y se apodera de su esencia; no se recrea en el vaivén del consenso, muerde, mastica y traga: devoración fantasmática de la que ofrece alimento que muerde. Sexo y muerte como preguntas, no se trata realmente de un tema.Y los pares se encadenan con un nudo ciego: el de su posición radical en la búsqueda, sus preguntas a distancia de los encuadres de la demanda social. Nudo ciego de lo que, en la búsqueda responsable, podemos llamar verdad sin garantía.


  1. Antígona y Medea, dos figuras míticas de lo femenino que se sitúan de entrada en una zona límite, entre la vida y la muerte; imágenes de la pasión que apuntan al más allá de lo atroz, sin temor ni compasión. Antígona deberá ser encerrada en una tumba si transgrede la ley que dicta la negación de las honras fúnebres a su hermano Polinice; transgrede, no duda en vivir desde lo que ya está perdido. Medea, al saber que Creonte ha decretado su destierro para apartarla de Jasón, no duda en actuar su venganza abrasando a su rival, hija de Creonte, y sacrificando a sus propios hijos.
  2. En Tras la piel, Javier Codesal, Fundación Pablo Serrano, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 1995.
  3. González Requena en el análisis de la producción cinematográfica de Codesal, y refiriéndose a O milagre da carne, 1994, dice: No es menor el respeto contemplativo de la mirada que el film constituye, en el que se descubre una segunda revisitación. Ya la hemos advertido: se trata de la mística de la luz, de la iluminación, que hiciera de Val del Omar el inaugurador de un universo de la visión que hasta ahora no había encontrado su prolongación en la historia del cine.
  4. Si escuchamos lo que el lenguaje dice en la palabra construir, oiremos tres cosas: 1. Construir es propiamente habitar; 2. El habitar es la manera como los mortales son en la tierra; y 3. El construir como habitar se despliega en el construir que cuida, es decir, que cuida el crecimiento… y en el construir que levanta edificios… Construir y pensar son siempre, cada uno a su manera, ineludibles para el habitar. Pero al mismo tiempo serán insuficientes para el habitar mientras cada uno lleve lo suyo por separado en lugar de escucharse el uno al otro. Serán capaces de esto si ambos, construir y pensar, pertenecen al habitar, pertenecen en sus propios límites y saben que tanto el uno como el otro vienen del taller de una larga experiencia y de un incesante ejercicio».M. Heidegger, «Construir, habitar, pensar,en Conferencias y artículos, Ed. El Serbal, Barcelona 1994.
  5. «Desde donde surge la luz», entrevista de Alicia Murría a Javier Codesal, en Tras la piel, o. c., nota 2.
  6. En 2000, Codesal comienza en Córdoba el trabajo de campo para preparar el guión de Arcángel y elabora Diario de Arcángel al tiempo que construye el audiovisual, en 2002. A lo largo de esta presentación hemos ido filtrando fragmentos de su pensamiento, un recurso para establecer un diálogo con la poética verbal del artista

Arcángel comete una lectura
El encuentro con un texto siempre es un acto, una co-incidencia que no da lugar a una relación intersubjetiva: por una parte tenemos el texto artístico y sus localizaciones, lo que el artista ofrece a contemplar, algo que dice de la textura de su deseo; por la otra, la mirada del que contempla. El artista expone su consecuencia y se expone el espectador, y toda exposición, todo mostrar, conlleva riesgo, el riesgo de ser mirada, mirada de lo íntimo, de aquello que puede tocar las raíces del deseo.

¿La muerte, qué es?

Algo vuelve sin cesar, retorna ajeno a toda intención. Algo insiste y da un lugar a la imagen; algo insiste y se presenta en su infinita plasticidad. Algo insiste y la imagen hace eco de esa insistencia, de eso que porfía más allá de la memoria.

Algo para lo que no hay imagen insiste y Codesal actúa su texto; una y otra vez bordea esa ausencia, ausencia de voz allí donde hay palabras, de mirada donde la imagen se encarna; mirada y voz, hombreniño de carne perforada.

¿El cuerpo, qué es?, ¿sensación y cuerpo de la imagen?, ¿de esa imagen otra de la que me visto?

Codesal viste cuerpos que no esconden nada, cuerpos que dicen en un lenguaje privado, cuerpos en calma que se dejan mirar, que muestran la inquietud desnuda de lo cotidiano, cuerpos a la vista en cualquier lugar. Un lugar cualquiera es tierra de nadie, y en ese espacio virginal el artista se ofrece a la captura de quien desee hacerse mirada. Mirarse, hacerse contemplar. Hacerse mirada.

Arcángel, ¿la muerte, qué es?

Arcángel: una posición ética
Llamaré película a estas cosas, aunque del cine sólo cuento con el momento del parpadeo. Suma de fracciones negras que separan la proyección de dos fotogramas, ese es mi campo. Y su máscara de colores 7. Hemos tomado estas palabras del diario que el artista elabora al tiempo que va construyendo Arcángel; Codesal se sitúa en el intervalo, suma de fracciones negras que separan,en el campo de la articulación, en ese lugar de nada condición de toda cadena, vacío que da lugar a la metaforización significante; su lugar no es la metáfora sino lo que la causa, esa suma de ausencias y su vestimenta imaginaria, lugar de lo negro entre velos bellos con los que cubre esos cuerpos que no esconden nada. Se sitúa en el lugar de lo propiamente cinematográfico, en el lugar del acto, del movimiento presente que da lugar a un antes y después. Presente el deseo, deseo de arrancar de cuajo el objeto que arranca de ahí, del dar a luz una imagen.

Y volvemos a citar del diario: ¿Ha habido cine después de los Lumière? ¿Otra sombra sombra al salir de la gruta? Estas bolas de sueño adivinan colores, pero no saben cómo transmitirlos 8.

Arcángel: matriz y generación
La palabra audiovisual convoca dos sentidos; en términos de creación artística alude a la plasticidad de lo audible y lo visible, a las imágenes mentales de lo que se percibe como susceptible de ser moldeado, al cambio manteniendo la cualidad del retorno a su forma original, esa forma única capaz de transmitir tanto universalidades esenciales como significaciones particulares de lo esencial. La palabra instalación dice de algo en relación a un lugar: algo que puede ser un objeto de cualquier naturaleza se ubica en tal espacio, y esa relación constituye otro objeto. Codesal presenta Arcángel como videoinstalación, muestra el proceso de construcción de Arcángel y deja ver lo que del ser palpita en ese proceso: la mirada que saborea la imagen que lo alimenta.

Arcángel se expone en tres tiempos: una primera muestra que presenta la instalación de tres vídeos; una segunda instalación en la que podemos ver estas tres piezas y la primera parte del vídeo de largometraje; y una tercera en la que encontramos los tres vídeos y el vídeo de largometraje; en esta tercera exposición encontramos que la estructura del largometraje está pautada por los tres vídeos; podríamos decir que lo que en origen son tres piezas con entidad propia, en el largo son secuencias de distribución.

Cada exposición ofrece lo construido adecuado al lugar que acoge la muestra. El desvelamiento progresivo y la acomodación de los objetos al espacio supone cierta movilidad de la lectura, movilidad contemplada desde un inicio y que responde a una cuestión de estilo: nos dice algo de la textura del deseo del artista, de la manera particular de formalizar su pasión por lo que cesa, sin cesar de producir. La movilidad escenográfica de Arcángel presenta las figuras del abandono y del olvido; muestra tres veces lo irremediablemente perdido, y lo muestra de tres formas: Olvidar las escenas, borrarlas a ellas junto a sus hijos e hijas. A esta función última de mirar apenas se accede, cuando sin su efecto nada es nuevo (la escena, otra escena, no la imagen) 9. El acto de mostrar lo puesto en cuadro sin más relato que el legible desde la modificación escénica, insiste en ese borramiento que sucede al abandono.

Lo que eran piezas con entidad propia, cesa en su ser para producirse como estructura que anuda un texto nuevo. Así Arcángel nos habla también de incorporación, de la dimensión oral del texto a la par de las imágenes que visten otros agujeros corporales: la euforia de decir, mi voz sobre la imagen, acaricia el objeto preciso de la mirada: ninguna cosa o figura, ni sentimiento 10.

Arcángel mantiene una fijeza: la insistente terceridad estructural; tres actos sostenidos por la movilidad de las instalaciones, tres vídeos que actúan como piezas constituidas, y que viran constituyentes cuando dejan su ser en sí para construir el anudamiento del largometraje. Esa insistencia la observamos también en la modalidad estable de la puesta en serie: siete bloques rodados en exterior, un centro de trece en interiores, y siete bloques finales rodados de nuevo en exterior, siendo el último de los trece centrales una transición –la escena grabada en un patio de luces que da paso a la salida al exterior urbano– que alude a la circularidad explícita en el tercer vídeo, puente tercero del largometraje.

Lo que era da lugar al continuar, curso y cauce de una vida, referencia al ser que se elige a sí mismo como soporte de su propio ser, esencia y consistencia del goce estético.

Montserrat Rodríguez Garzo.

Texto completo en:

http://www.cajasanfernando.es/htm/obrasocial/expvir/arcangel/index.htm


  1. 8. 9. y 10. En 2000, Codesal comienza en Córdoba el trabajo de campo para preparar el guión de Arcángel y elabora Diario de Arcángel al tiempo que construye el audiovisual, en 2002. A lo largo de esta presentación hemos ido filtrando fragmentos de su pensamiento, un recurso para establecer un diálogo con la poética verbal del artista.

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